DESCUBRI QUE NO ESTOY LOCO EN MI NUEVO HOGAR. EL MANICOMIO.
Desdibujado el rostro de mi maestro el Capitán Caramelo, transmitiendo su desconfianza, su temor y su gran miedo a ser comido por los cerdos.
¿Cómo podía ser posible ver a ese gran súper héroe temblar? ¿Acaso sería la invasión de las cucarachas nuevamente? ¿Habría regresado del inframundo el malvado Capullón? ¿Habrían prohibido la violencia intrafamiliar?
Ni la mas retorcida mente hubo imaginado antes tan terrible relevación que en esos momentos habría lugar. Con palabras firmes pero con cierta inseguridad exclamó el héroe:
CC: No mamames cab.. (por razones de cultura he decidido omitir las expresiones vulgarmente conocidas como “groserías”, que aunque sean parte del léxico común en nuestro medio han sido ampliamente criticadas por la gente que se hace llamar civilizada; no olviden que esos seres también han sido consumidores de estas palabrejas pen…) deja de inventar esas ideas delirantes que ya el doctor te ha explicado las consecuencias de seguir inhalando solventes. Esto es aún peor que las flatulencias del distendido Capullón.
Pupilo del CC: ¿Peor que los flatos del Capullón?. Esto suena muy mal.
CC: Ni te lo imaginas.
Pupilo del CC: No me lo imagino
CC: Trata de imaginar
Pupilo del CC: Ya me dijiste que ni me lo imaginaba
CC: Esfuerzate aunque sea un poco
Pupilo del CC: Ya lo intenté y no puedo.
CC: No sigas con tus estupid… (en algunas zonas de la sociedad, las palabras “idiota” o “estúpido” han llegado a ser de ese grupo de exiliados, que deben abandonar el círculo de la mas alta fineza lingüística; es decir estas palabras son puras mama…) das pena con tus comentarios redundantes. En fin continuando con la discusión de si debemos de votar por quien elegimos o por quien nos conviene; conviene elegir no votar. Tu me entiendes.
Pupilo del CC: Obviamente estas hablando un idioma distinto al mío. Sin lugar a dudas has estado leyendo las columnas de chismes del TV y notas y ahí te habrás enterado de las pinch… (repito nuevamente, no se publicará ninguna grosería más en este espacio que busca amenizar la vida de sus lectores así como proveerles las bases científicas para que se les quite lo pen…) dejo que leas tus revistas que no te sirven para ni maíz. Acaso crees que a la gente le importa que una garrapata pueda transmitir enfermedades.
CC: Oye que bueno que me recuerdas sobre vectores de enfermedad. Hay una epidemia. (aquí se oyen gritos de terror) (mas gritos de terror).
Pupilo del CC: Entonces es cierto que el gen negroide afecta a todo el Continente Americano.
CC: Aún peor, se habla de una enfermedad. Bastante rara que ni se conocía. Es una enfermedad que los expertos han denominado la FIEBRE DEL CUCHE.
En esos momentos pensé que el gran super héroe estaba jugando conmigo, que quería sembrar miedo en mi para poder quedarse con mi colección de Tazos que le había robado antes.
Tras esta gran sorpresa y tras enterarme en las noticias que podía ser mortal (mortal quiere decir que es propenso a morir; de hecho la cualidad que denota al mortal es el hecho de morir; a web, soy bien cab…). Ron pidió el profesor Kawama cuando me entrevisté con él en el noticiero del pueblo.
El profesor junto con su equipo especial de investigación habían sido los primeros que habían sospechado la enfermedad; pero como los fondos de la investigación los terminaron invirtiendo en un cartón de cervezas no lograron concluir nada. Me explicó ampliamente la naturaleza de la enfermedad.
Se dice que durante la Cuarta Guerra Mundial se crearon nuevas especies debido en gran parte por efecto de la energía M-Q-Ar. En realidad nunca supe que significan las siglas, pero dicen que son muy dañinas ese tipo de radiaciones.
En fin, cursaba durante ese periodo una raza denominada de Cuches. Esta singular especie, única en este mundo tuvo sus orígenes en una nación muy lejana, alejada de toda civilización. Esta nación ubicada hacia el oriente de lo que fuera el medio mundo se llamaba Oaxaca. Un lugar sin ley, donde gobernaban Cuches. Sin embargo uno de estos seres decidió transformarse en algo nuevo, novedoso. El gran ser inquisidor pactó con él la libertad, a cambio de ser portador de una enfermedad mortal en potencia; que importaba contagiar al resto mientras este Cuche principal mantuviera integra su vida. El gran inquisidor, conocido más tarde según las investigaciones del Dr. McAnon en conjunto con el Profesor Kawama; como Carnicero. El famoso Carnicero forjo su fama al lograr introducir al mercado una enfermedad conocida previamente como puercocercosis, en la cual Cuches diminutos invadían las entrañas del ser que las consumían. Nada comparado con el nuevo ingenio de su malefica mente. Pactó entonces que habría de perdonar la vida al célebre Cuche tan solo con el deber de éste último de portar un virus letal, y a su vez esparcirlo.
Con el virus encima (pero sin que él sufriera síntoma alguno de enfermedad el hijo de su ching…) andaba Cuche. Decidió virar su destino. No podría vivir siempre en ese corral lleno de moscas zumbando cerca de sus oídos; no podía vivir más en medio de aquella nauseabunda porquería (mierda) (perdón dije que iba a omitir este tipo de palabras altisonantes, pero me vale verg…) ¿a donde lo llevaría el destino?. El destino no, mas bien el camión transportador de animales hacia lo que era la bella capital llena de humo, hacia la vieja ciudad de hierro. Grandes eventos desafortunados dieron a conocer la verdadera naturaleza de la enfermedad. Cuche sin remordimientos al principio, pronto sintió aquello que las personas con moral sienten en ocasiones; pero no lo pudo hacer patente. Escueto sentido humanitario; mas bien pernicioso. Se dio el primer caso en aquella nación. Se dieron varios más en la ciudad de hierro.
Fue entonces que tras esa ola de violenta paranoia, el gran súper héroe también fue arrastrado por la seguridad que transmitían los medios asi como personajes importantes en el ámbito veterinario. “La fiebre del Cuche, padecimiento mortal pero prevenible; solo mata gente en edad productiva y reproductiva, y generalmente si están vivos antes de enfermarse”.
La pregunta obligada sería: ¿Por qué es mortal esta enfermedad?, ¿Si me vacuno contra la rabia me protejo de la fiebre del cuche? O ¿cómo se que tengo esa enfermedad?
Las respuestas obligadas serían: es mortal porque mata. Si te vacunas contra rabia te proteges contra rabia. Sabes que tienes la enfermedad porque ya te estas muriendo y tus familiares se pelean la herencia.
Lo que yo pregunté al Capitan Caramelo solo fue: ¿Qué es un Cuche?.
Momentos de duda, preguntas como esa desequilibran a cualquiera. No todos preguntan que es una espiroqueta, o que son los rayos M-Q-Ar. Humilde en esencia como siempre sólo atinó contestar
CC: Ah como preguntas mam… ( casi lo escribía, este hijo de pu…) ta dura la enfermedad y tu preguntas que es un cuche.
En realidad esa era mi duda. Esa y otras muchas dudas, como el significado de la palabra Chacuaco.
Mi duda quedó despejada varios años cuando el Dr. McAnon encontró los orígenes de esa palabra en la nación olvidada por los hombres. En algún tiempo existieron en este lugar seres rosados, panzones, pelo grueso y con un timbre de voz singular que se hacían llamar “Cochis”; grande mi sorpresa. Un cuche igual a un cochi. Que gran revelación. Entonces entendi la sucesión de eventos desafortunados que marcaron la vida en ese tiempo. La cuarentena que duró cuarenta años hasta exterminar con él último Cuche y con la ultima persona infectada con la fiebre de Cuche (en algunas revisiones extranjeras conocido como Cuchismo) logró terminar con la infección. Y del Carnicero en realidad nunca se supo el destino. Se cree tuvo lugar su deceso en el gran holocausto. Al momento de realizar este escrito aun quedaban humanos poblando la tierra, nos contamos yo (¿humano yo?), Capitan Caramelo y un madral (madral=chingo=harto=mucho) (=un mucho) de cucarachas. Fue entonces que logramos terminar con la plaga.
Mis amigos el Dr. McAnon y el Profesor Kawama, afamados investigadores extranjeros ahora son mis amigos. Toman muestras de sangre hasta dejarme seco, toman mis muestras introduciendo y sacando la aguja hasta dejar un buen hematoma en el sitio de la punción. Gracias a ello los recuerdo a cada momento, hijos de … Ellos insisten que el Capitan Caramelo es invención de mi trastornada mente. Obvio que existe, pues yo lo veo, hablo con él, y todo en un cuarto con las paredes tapizadas de colchones blancos. ¿Para qué quiero un colchon en la pared? ¿Acaso voy a dormir sobre la pared?. Yo creo que solo es cuestión de imagen.
Asi es como la Fiebre de los Cuches pudo ser terminada; solo a costa de toda la población de la ciudad más grande del mundo. O al menos eso es lo que recuerdo. Si desean mas información acerca de la enfermedad del Cuche Febril pueden visitar el siguiente vinculo: http://www.sideseanmasinformacionacercadelaenfermedaddelcuchefebrilpuedenvisitarelsiguientevinculo.com/
Es asunto serio. Aun se cree que puedan haber cuches por ahí sueltos. Por eso si los ves cometelos… o mejor matalos.
¿Cómo podía ser posible ver a ese gran súper héroe temblar? ¿Acaso sería la invasión de las cucarachas nuevamente? ¿Habría regresado del inframundo el malvado Capullón? ¿Habrían prohibido la violencia intrafamiliar?
Ni la mas retorcida mente hubo imaginado antes tan terrible relevación que en esos momentos habría lugar. Con palabras firmes pero con cierta inseguridad exclamó el héroe:
CC: No mamames cab.. (por razones de cultura he decidido omitir las expresiones vulgarmente conocidas como “groserías”, que aunque sean parte del léxico común en nuestro medio han sido ampliamente criticadas por la gente que se hace llamar civilizada; no olviden que esos seres también han sido consumidores de estas palabrejas pen…) deja de inventar esas ideas delirantes que ya el doctor te ha explicado las consecuencias de seguir inhalando solventes. Esto es aún peor que las flatulencias del distendido Capullón.
Pupilo del CC: ¿Peor que los flatos del Capullón?. Esto suena muy mal.
CC: Ni te lo imaginas.
Pupilo del CC: No me lo imagino
CC: Trata de imaginar
Pupilo del CC: Ya me dijiste que ni me lo imaginaba
CC: Esfuerzate aunque sea un poco
Pupilo del CC: Ya lo intenté y no puedo.
CC: No sigas con tus estupid… (en algunas zonas de la sociedad, las palabras “idiota” o “estúpido” han llegado a ser de ese grupo de exiliados, que deben abandonar el círculo de la mas alta fineza lingüística; es decir estas palabras son puras mama…) das pena con tus comentarios redundantes. En fin continuando con la discusión de si debemos de votar por quien elegimos o por quien nos conviene; conviene elegir no votar. Tu me entiendes.
Pupilo del CC: Obviamente estas hablando un idioma distinto al mío. Sin lugar a dudas has estado leyendo las columnas de chismes del TV y notas y ahí te habrás enterado de las pinch… (repito nuevamente, no se publicará ninguna grosería más en este espacio que busca amenizar la vida de sus lectores así como proveerles las bases científicas para que se les quite lo pen…) dejo que leas tus revistas que no te sirven para ni maíz. Acaso crees que a la gente le importa que una garrapata pueda transmitir enfermedades.
CC: Oye que bueno que me recuerdas sobre vectores de enfermedad. Hay una epidemia. (aquí se oyen gritos de terror) (mas gritos de terror).
Pupilo del CC: Entonces es cierto que el gen negroide afecta a todo el Continente Americano.
CC: Aún peor, se habla de una enfermedad. Bastante rara que ni se conocía. Es una enfermedad que los expertos han denominado la FIEBRE DEL CUCHE.
En esos momentos pensé que el gran super héroe estaba jugando conmigo, que quería sembrar miedo en mi para poder quedarse con mi colección de Tazos que le había robado antes.
Tras esta gran sorpresa y tras enterarme en las noticias que podía ser mortal (mortal quiere decir que es propenso a morir; de hecho la cualidad que denota al mortal es el hecho de morir; a web, soy bien cab…). Ron pidió el profesor Kawama cuando me entrevisté con él en el noticiero del pueblo.
El profesor junto con su equipo especial de investigación habían sido los primeros que habían sospechado la enfermedad; pero como los fondos de la investigación los terminaron invirtiendo en un cartón de cervezas no lograron concluir nada. Me explicó ampliamente la naturaleza de la enfermedad.
Se dice que durante la Cuarta Guerra Mundial se crearon nuevas especies debido en gran parte por efecto de la energía M-Q-Ar. En realidad nunca supe que significan las siglas, pero dicen que son muy dañinas ese tipo de radiaciones.
En fin, cursaba durante ese periodo una raza denominada de Cuches. Esta singular especie, única en este mundo tuvo sus orígenes en una nación muy lejana, alejada de toda civilización. Esta nación ubicada hacia el oriente de lo que fuera el medio mundo se llamaba Oaxaca. Un lugar sin ley, donde gobernaban Cuches. Sin embargo uno de estos seres decidió transformarse en algo nuevo, novedoso. El gran ser inquisidor pactó con él la libertad, a cambio de ser portador de una enfermedad mortal en potencia; que importaba contagiar al resto mientras este Cuche principal mantuviera integra su vida. El gran inquisidor, conocido más tarde según las investigaciones del Dr. McAnon en conjunto con el Profesor Kawama; como Carnicero. El famoso Carnicero forjo su fama al lograr introducir al mercado una enfermedad conocida previamente como puercocercosis, en la cual Cuches diminutos invadían las entrañas del ser que las consumían. Nada comparado con el nuevo ingenio de su malefica mente. Pactó entonces que habría de perdonar la vida al célebre Cuche tan solo con el deber de éste último de portar un virus letal, y a su vez esparcirlo.
Con el virus encima (pero sin que él sufriera síntoma alguno de enfermedad el hijo de su ching…) andaba Cuche. Decidió virar su destino. No podría vivir siempre en ese corral lleno de moscas zumbando cerca de sus oídos; no podía vivir más en medio de aquella nauseabunda porquería (mierda) (perdón dije que iba a omitir este tipo de palabras altisonantes, pero me vale verg…) ¿a donde lo llevaría el destino?. El destino no, mas bien el camión transportador de animales hacia lo que era la bella capital llena de humo, hacia la vieja ciudad de hierro. Grandes eventos desafortunados dieron a conocer la verdadera naturaleza de la enfermedad. Cuche sin remordimientos al principio, pronto sintió aquello que las personas con moral sienten en ocasiones; pero no lo pudo hacer patente. Escueto sentido humanitario; mas bien pernicioso. Se dio el primer caso en aquella nación. Se dieron varios más en la ciudad de hierro.
Fue entonces que tras esa ola de violenta paranoia, el gran súper héroe también fue arrastrado por la seguridad que transmitían los medios asi como personajes importantes en el ámbito veterinario. “La fiebre del Cuche, padecimiento mortal pero prevenible; solo mata gente en edad productiva y reproductiva, y generalmente si están vivos antes de enfermarse”.
La pregunta obligada sería: ¿Por qué es mortal esta enfermedad?, ¿Si me vacuno contra la rabia me protejo de la fiebre del cuche? O ¿cómo se que tengo esa enfermedad?
Las respuestas obligadas serían: es mortal porque mata. Si te vacunas contra rabia te proteges contra rabia. Sabes que tienes la enfermedad porque ya te estas muriendo y tus familiares se pelean la herencia.
Lo que yo pregunté al Capitan Caramelo solo fue: ¿Qué es un Cuche?.
Momentos de duda, preguntas como esa desequilibran a cualquiera. No todos preguntan que es una espiroqueta, o que son los rayos M-Q-Ar. Humilde en esencia como siempre sólo atinó contestar
CC: Ah como preguntas mam… ( casi lo escribía, este hijo de pu…) ta dura la enfermedad y tu preguntas que es un cuche.
En realidad esa era mi duda. Esa y otras muchas dudas, como el significado de la palabra Chacuaco.
Mi duda quedó despejada varios años cuando el Dr. McAnon encontró los orígenes de esa palabra en la nación olvidada por los hombres. En algún tiempo existieron en este lugar seres rosados, panzones, pelo grueso y con un timbre de voz singular que se hacían llamar “Cochis”; grande mi sorpresa. Un cuche igual a un cochi. Que gran revelación. Entonces entendi la sucesión de eventos desafortunados que marcaron la vida en ese tiempo. La cuarentena que duró cuarenta años hasta exterminar con él último Cuche y con la ultima persona infectada con la fiebre de Cuche (en algunas revisiones extranjeras conocido como Cuchismo) logró terminar con la infección. Y del Carnicero en realidad nunca se supo el destino. Se cree tuvo lugar su deceso en el gran holocausto. Al momento de realizar este escrito aun quedaban humanos poblando la tierra, nos contamos yo (¿humano yo?), Capitan Caramelo y un madral (madral=chingo=harto=mucho) (=un mucho) de cucarachas. Fue entonces que logramos terminar con la plaga.
Mis amigos el Dr. McAnon y el Profesor Kawama, afamados investigadores extranjeros ahora son mis amigos. Toman muestras de sangre hasta dejarme seco, toman mis muestras introduciendo y sacando la aguja hasta dejar un buen hematoma en el sitio de la punción. Gracias a ello los recuerdo a cada momento, hijos de … Ellos insisten que el Capitan Caramelo es invención de mi trastornada mente. Obvio que existe, pues yo lo veo, hablo con él, y todo en un cuarto con las paredes tapizadas de colchones blancos. ¿Para qué quiero un colchon en la pared? ¿Acaso voy a dormir sobre la pared?. Yo creo que solo es cuestión de imagen.
Asi es como la Fiebre de los Cuches pudo ser terminada; solo a costa de toda la población de la ciudad más grande del mundo. O al menos eso es lo que recuerdo. Si desean mas información acerca de la enfermedad del Cuche Febril pueden visitar el siguiente vinculo: http://www.sideseanmasinformacionacercadelaenfermedaddelcuchefebrilpuedenvisitarelsiguientevinculo.com/
Es asunto serio. Aun se cree que puedan haber cuches por ahí sueltos. Por eso si los ves cometelos… o mejor matalos.